Entonces somos
libres
Perdonar
no es otra cosa que recordar únicamente los pensamientos amorosos que diste en
el pasado, y aquellos que se te dieron a ti. Todo lo demás debe olvidarse. El perdón
es una forma selectiva de recordar que no se basa en tu propia selección. UCDM. Cap17.III.1.1-3
Dicen
que el tiempo todo lo cura. ¿Pero es una cosa que depende del tiempo o depende
realmente de nosotros mismos? ¿Hay que esperar sufriendo hasta que este se
desvanezca? Cuando hay una herida abierta el tiempo se pone a la espera de la
resolución de esta. Es aquí donde se nos repiten historias similares hasta que
se perdona y se cierra la herida. Muchas veces no somos conscientes de ello, y
no entendemos porque nos aparecen en la vida las mismas situaciones o el mismo
tipo de personas una y otra vez. Muchas veces son situaciones muy dolorosas y
no sabemos como salir de ellas. Nos superan emocionalmente y nos
derrumban. Por ejemplo: no sentirse
comprendido por tu familia, pareja; no sentirte respetado por un amigo, jefe; Ser
estafado por un compañero, un amigo; ser agredido por tu pareja, padres; ser
humillado, etc. Cuando las situaciones se repiten, es una señal que hay algo en
nosotros que está atrayendo este tipo de situaciones. Hay algo que tenemos que
aprender al respecto. Y no es debido a la mala suerte.
El
perdón es primordial, para poder integrar que el cambio esta en nosotros. Es
decir cuando una situación nos molesta, siempre reflejamos culpa, y esta culpa
es la que no nos va ha permitir aprender de la situación y encontrar la paz.
Cuando reflejamos la culpa a alguien externo a nosotros, pensamos que el que
tiene que cambiar es el otro. Y por lo tanto negamos que tiene que ver con
nosotros, el malo de la película es el otro. Cuando la culpa la proyectamos
hacia nosotros, nos castigamos, y nos identificamos con el problema. No somos
capaces de encontrar escapatoria. Nos castigamos por lo ocurrido.
Cuando
hacemos desaparecer la culpa a través del perdón. Las nubes que no nos dejaban
pensar y sentir con claridad desaparecen y nos damos cuenta que el origen era
una necesidad propia. Por ejemplo: necesidad de ser amado, comprendido,
respetado, aceptado, etc.
La
vida es un dar i recibir, y una serie de atracciones que parece que hemos
olvidado. Hay una serie de polaridades que se atraen y las que acabaran
formando una serie de relaciones donde el propósito de estas es el aprendizaje,
la toma de consciencia. La toma de consciencia es la que producirá cambios en
nuestra conducta y es entonces cuando se abrirán las puertas al cambio, la
oportunidad de salir de un bucle anclado en el pasado que esta presente en nosotros
todo el tiempo y que sin darnos cuenta lo arrastramos al futuro.
La
toma de conciencia nos conecta con nuestro Ser, se puede ver una situación en
su globalidad, fuera de victimismos, de venganzas y de dualidades entre bueno y
malo. Es entonces, cuando se puede comprender el verdadero objetivo que tenia
esta persona en nuestras vidas, y el porqué la estábamos atrayendo. La comprensión
llevara al perdón.
Cuando
esto ocurre es cuando empezamos a amar a nuestras relaciones
incondicionalmente, esto quiere decir que empezamos a amarnos a nosotros mismos
también incondicionalmente. Aquí es donde radica nuestra paz interior.
Comprendemos
que la persona que en su momento nos hizo daño, no era más que un grito de
socorro, una necesidad que no sabía como resolver, una necesidad que nosotros también teníamos, y
que gracias al otro, teníamos la oportunidad de aprender de nosotros mismos y
de cambiar.
No
olvidemos que nuestros grandes maestros son los que tenemos más cerca.