Nosotros decidimos a
quien queremos escuchar
Una
de las mayores guerras interiores suele ser la que tenemos entre nuestra mente
y el corazón. Solemos estar tan atrapados en la realidad mental que cuando el
corazón se dispone a hablarnos, le tenemos miedo y le imponemos nuestras razones
mentales. Justo aquí es donde empezamos a perder nuestra fortaleza, nuestra
vitalidad y es cuando entramos en conflicto interno. El corazón rige nuestras
emociones y al ponernos en incoherencia con estas es cuando perdemos la salud,
la salud ya puede ser a nivel de enfermedad, de pérdida de vitalidad, pérdida
de entusiasmo y todo lo que esto puede llevar relacionado (pérdida del efecto,
empeoramiento de las relaciones e
inclusión en uno mismo).
Todo
esto ocurre cuando hay algo en nuestro interior que nos dice esto no lo tendrías
que hacer, pero utilizando la mente nos auto convencemos que sí, que lo tenemos
que hacer, que es lo mejor para nosotros, que es lo correcto, etc.
Esta
lucha para auto convencernos es la guerra interior que a diario muchas personas
tienen que lidiar. ¿Cómo creéis que esto nos está afectando? ¿Creéis que estas
cosas no nos ponen enfermos?
Justo
aquí es donde se encuentra el origen de la enfermedad, en la incoherencia entre
lo que sentimos, pensamos y hacemos. Estas creencias limitantes que nos alejan
de los dictados de nuestro corazón, son creencias surgidas del miedo, por lo
tanto estamos relacionando el miedo directamente con la perdida de salud y
aparición de la enfermedad.
Aquí
con el miedo me refiero al miedo mental, al miedo patológico, no al miedo biológico
que vendría a ser un mecanismo de supervivencia. Es decir, si de repente nos
sentimos atacados por un animal salvaje, nuestra biología reaccionara para
mantenernos a salvo, ya sea contraatacando o huyendo, y una vez la fuente del
peligro ya no está, nuestro cuerpo vuelve al estado normal, ya no tenemos miedo.
Ahora
bien, ¿Qué pasa cuando aparecen miedos originados en la mente y que no sabemos cómo
liberarnos? Miedo a no llegar a final de mes, miedo a quedarme solo, miedo a
ser atracado, miedo a ser ridiculizado, miedo a padecer una enfermedad, etc.
Otra de las grandes diferencias con los animales relacionadas con el miedo es
la siguiente: Un grupo de ñus son amenazados por unos Leones, al darse cuenta
el cuerpo se irrita, hay una amenaza. Empiezan a correr. Los Leones finalmente
alcanzan a uno de la manada que no era muy rápido y se paran. Bien, es entonces que los otros ñus se dan
cuenta que la amenaza a desaparecido y siguen comiendo. En los humanos parece
que seguimos corriendo, atemorizados aunque el peligro “real” ya no esté detrás
nuestro. Esto puede llegar a ser muy sutil, incluso la mayoría de las veces a
nivel inconsciente, pero también puede llegar a ser bastante devastador en
nuestras vidas. Por ejemplo una mala experiencia con una pareja, con un
trabajo, un accidente, etc. si uno se deja llevar por el miedo esto puede
condicionar el resto de su vida y por lo tanto perder la paz por estar
prestando atención continuamente al miedo.
Ahora
voy a dar un paso atrás, para mí uno de los más importantes y de los que más nos
pueden llegar a perjudicar si no los llegamos a comprender. Son los miedos
heredados. Son miedos en forma de
pensamientos y sentimientos que corren por nuestro cuerpo, que nos incomodan,
no sabemos de dónde vienen ni porque están en notros, pero no hay manera de deshacerse
de ellos. ¿Os suena familiar?
A
nivel personal, de muy pequeño hasta la actualidad han aparecido en mi vida una
serie de miedos que no entendía su origen. De muy pequeño, cuando mis padres
estaban fuera de casa, me quedaba llorando, mirando por la ventana y esperando
que llegaran, en mi cuerpo corría un gran miedo que les hubiera pasado algo, y
que no volvieran. Miedo a la oscuridad,
a estar solo. Miedos a hacer daño a alguien de manera involuntaria, miedo a los
disparos, de ir paseando, escuchar disparos de un cazador y de repente venirme
a la mente pensamientos de que me podrían disparar a mí. Con este último me
preguntaba, ¿Por qué vienen estos pensamientos a mi mente? Yo estoy corriendo
tan tranquilo, hay un cazador que esta cazando, vale. ¿Por qué no puedo
continuar corriendo tranquilamente? Que yo sepa nunca me he sido amenazado por un
arma. Gracias a Enric Corbera y su estudio de la Bioneuroemoción he podido
tomar consciencia que estos miedos que acabo de presentar son miedos heredados.
Por
ejemplo mis dos abuelos durante la guerra civil se escondieron en el bosque.
Seguro que mientras duro la guerra, ellos vivieron miedos como el de no volver
a ver a sus familias, miedos a la noche, a la soledad, a los ruidos
inesperados. Miedos a los disparos, miedos a ser heridos o de herir a
alguien. La mayoría de nuestros miedos
se encuentran dentro de la historia familiar, por eso en Bioneuroemoción es tan
importante el estudio del árbol transgeneracional. Nos permite tomar
consciencia de muchos de nuestros miedos, pensamientos y actitudes.
El
primer paso para poder empezar a transcender los miedos es conocer el origen de
estos, podernos disociar de estos pensamientos para ser libres de cómo queremos
actuar. Es decir si uno se identifica con los pensamientos que le vienen a la
cabeza, va ha creer que su identidad es esa y esto puede ser bastante limitante
para el cambio. Si yo me defino como que soy un miedica y no soy capaz de hacer
esto, es muy diferente a observar estos pensamientos de miedo, identificar su
origen, (por ejemplo en un abuelo o
abuela) observar que la situación de entonces que vivieron ellos es diferente a
la de ahora y que yo puedo optar por otros caminos y otras sensaciones.
En definitiva,
en nosotros esta la opción de seguir gobernados por nuestros miedos, o
comprenderlos, disociarnos y trascenderlos
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada