diumenge, 31 de maig del 2015

Nadie ataca sin la intención de herir

Nuestras guerras silenciosas


Los seres humanos somos un ser muy peculiar. Debe ser por nuestro “gran” intelecto pero hemos creado unos sistemas tan sutiles de ataque que nos pasamos muchos momentos del día atacando a la gente y parece que no ha pasado nada. Ahora sí, no lo reconocemos o no lo queremos reconocer. Entonces ponemos la tele y vemos las noticias, gente que ataca a gente por todas las bandas del mundo, y no hacemos nada mejor que proyectar nuestras ansias de ataque contra estas personas. Pensamos que nuestros pensamientos no van a ninguna parte, pero la verdad es que somos responsables de todo lo que pasa en el mundo, aunque aparentemente los malos son los terroristas, los asesinos, los agresores, los violadores, etc.

Puede ser muy duro lo que estoy diciendo, ¿pero que haría la mayoría de la gente si le dejaran un terrorista o un violador delante suyo? ¿Por qué la muerte de una persona se considera asesinato y la muerte del asesino se considera justicia?

Estamos muy mal, y luego nos quejamos de cómo va el mundo.

¿Pero que me refiero con estos ataques tan sutiles?

Pues por ejemplo un simple silencio, una mirada. Todo acto para hacer sentir culpable a alguien. Cuando hacemos sentir culpable a alguien dominamos su voluntad pero no nos damos cuenta del daño que estamos haciendo, a los demás y a nosotros mismos.

Estos actos son verdaderas bombas de relojería que vamos lanzando día a día. Sin ir más lejos ahora es las ocho y media de la mañana y yo ya lance mi primera granada. Al desayunar mi pareja estaría cansada o tendría sus razones pero estaba más callada de lo normal, yo que no soporto estas situaciones de silencio y que rápidamente me viene a la mente que es responsabilidad mía ya empiezo inconscientemente a atacar. Empiezo a preguntar qué pasa y yo también entro en silencio. Este es un simple ejemplo de una guerra silenciosa de la vida cotidiana.

En este caso, la otra persona me muestra una situación que no me gusta, que no soporto. Rápidamente al no gustarme actuó en consecuencia para cambiar a la persona. El problema es que si lo hacemos atacando, la situación irá a más. La persona percibirá ataque y es probable que responda con otro ataque, ya que le estamos haciendo responsable de cómo nos sentimos.

Este es uno de los mayores problemas. Hacemos responsable a los demás por los sentimientos que nos despiertan en nosotros, entonces es cuando nos sentimos libres de atacar.

Nos despiertan sentimientos de nuestra pequeñez (desconfianza, miedos, poca autoestima, falta de reconocimiento, falta de amor hacia uno mismo, falta de respeto hacia uno mismo,…)
En la mayoría de situaciones en el mundo acaba con un cabreo, un silencio, un portazo, pero hay situaciones extremas donde pueden acabar con violencia incluso con muerte. Todos somos responsables por nuestros ataques por pequeños que sean. Ya que de gota en gota se llena el vaso y nuestros pequeños ataques del día a día van sumando en el inconsciente del mundo.

Con esto no quiero hacer sentir culpable a la gente, lo contrario, tomar conciencia de nuestras responsabilidades en la sociedad. Por eso me pongo yo el primero como ejemplo de ataque. Es algo tan normal que lo hacemos sin darnos cuenta. Pero justo detrás de los ataques es donde se encuentra nuestra paz interior y felicidad.
      
 La foto que he puesto es de una película coreana que se llama “Joint Security Area”. Si tenéis la posibilidad de verla os la recomiendo. Es un claro ejemplo de cómo el miedo, la desconfianza y la falta de valorización personal puede desencadenar en una gran tragedia, donde nadie hubiera querido llegar a esta situación, y donde el arrepentimiento se hace insoportable. 

1 comentari: