Los substitutos del amor

No nos engañemos más

Hace unos días empecé un pequeño escrito relacionado con el amor y hoy que tengo tiempo lo voy a terminar de desarrollar. Actualmente estoy haciendo el libro de ejercicios del curso de Milagros y el tema de hoy en la lección es: No hay otro amor que el de Dios.

Bien, que nos quiere decir con esto, pues lo que un día en un blog anterior ya comentaba, que el amor es incondicional. En este mundo no sabemos amar. Y si queremos aprender lo que es el amor hay que reconocer lo que estamos haciendo creyendo que es amar. Bien, el amor no tiene substitutos, el amor es. Y estos substitutos son los que hemos creado con su nombre.

Los substitutos del amor surgen de la carencia y la separación. Creer que hay gente que se merece mas amor, otros que no tanto, y otros lo contrario, que se merecen un castigo. Creemos que amamos a las personas que nos rodean, pero cuando hay un aspecto que no nos acaba de gustar o una reacción que no esperábamos, somos capaces de pasar rápidamente a un odio/rencor. Y esto lo digo por experiencia propia, puede ocurrir en un segundo. La persona que tienes delante, te dice algo que no esperas, y todas las emociones de tu cuerpo te cambian instantáneamente. Creemos en el tiempo, creemos que hay que amar a una persona para toda una vida. También confundimos nuestras reacciones biológicas con lo que llamamos amor, creemos que podíamos amar antes a una persona, y que por todo lo que nos a hecho ya no se merece nuestro amor, etc, etc.

Partimos de un amor condicional, esperamos normalmente que a través de nuestro “amor” el otro actúe de ciertas maneras y pretendemos que también nos ame, ah y a demás como nosotros queremos. No nos vale su manera de amar.

El concepto amor esta fuera del mundo que hemos creado, esta fuera de la separación, fuera del creer que hay personas que se pueden amar mas que a otras, esta fuera del tiempo, esta fuera del cuerpo, de este mundo material. El amor es espíritu, por lo tanto es Uno y es eterno.

Y la lección continua: Quiero aprender la gozosa lección que no hay otro amor que el de Dios, el tuyo, el mío y el de todos..

Elegimos substitutos que hemos creado, pero al estar fuera del amor, nos hacen mantener en la búsqueda de este mismo. Si tanto lo buscamos es porque en el fondo de nuestro Ser, sabemos que existe. Estos substitutos son creencias que nos mantienen atados a nuestra película “romántica” donde el Ego en forma de miedos ya se encarga de que cambiar esto parezca muy difícil e incluso egoísta, valga la redundancia, ya que cuando tocamos estos aspectos, parece que no somos comprendidos por los demás. Pero no deja de ser el propio reflejo de tu propia incomprensión e infelicidad. Para esto tengo un ejemplo que actualmente tengo la oportunidad de experimentarlo.

Actualmente estoy dando clases a niños de 6-8 años en china con clases de unos 30 niños.

Bien, es curioso ver que en la mayoría de las clases hay gente que destaca por su comportamiento y llaman la atención de sus compañeros, normalmente comportándose “mal”. Bien, esto suele incomodar bastante al profesor y estos alumnos son pues los que constantemente reciben castigos. Lo digo porque a mi también me incomodan. Pero no deja de ser curioso, pongamos por ejemplo que hay 10 niños de estas características en el colegio. Pues es muy curioso como todos los profesores no estarían de acuerdo. No actuamos igual según con la persona que tenemos delante, y esto es lo que nos muestra que los alumnos son reflejos de mi estado.

Las personas que llaman mas la atención carecen de afecto, y lo buscan de esta manera.

Solo te pueden molestar estas personas cuando te sientes vacío, con falta de amor. Estas personas te mostraran este aspecto en ti que tanto te molesta y no quieres reconocer. Este vacío interior y falta de amor. Como no lo reconocemos, lo proyectamos en el otro y por ejemplo si es un niño lo castigamos. Como profesor, sigue habiendo una gran oportunidad de aprendizaje. Hay que empezar a quitar importancia y diferencia a la palabra alumno y maestro. Como maestro, hay que ser humilde para aceptar los grandes aprendizajes que estamos recibiendo constantemente de nuestro entorno.

Cual es el gran aprendizaje que puede en este caso dar el maestro. Aprender a amarse a si mismo a través de la gente que te muestra que no se ama lo suficiente. Cuando el maestro cambia este aspecto, y no se siente atacado por uno de sus alumnos, la dualidad victima, victimario desaparece. Y aparece la oportunidad de amor que el niño tanto anhelaba y que pedía a gritos.

Y este es el acto de amor incondicional más grande que le podemos hacer al otro y a nosotros mismos que en realidad a efectos prácticos es lo mismo. Como dijo Christopher McCandles la felicidad solo es real cuando es compartida. Pues bien lo mismo con el amor. El amor solo es real cuando es compartido

Tu gran maestro

No hace falta buscarlo muy lejos 

Normalmente cuando empiezo a escribir sobre algo realmente no se como lo acabaré escribiendo, pero si que es verdad que al final de una manera u otra algo sale. Hoy quiero hablaros de los maestros, es decir de las personas de las que podemos aprender. Hay gran devoción a hacer grandes viajes en busca de un maestro porque podemos pensar que se encuentran en lugares especiales como podría ser la India, el Himalaya, etc. Ho pensamos que tienen dones especiales y que nos pueden ayudar, de esta manera  es fácil que aparezcan ídolos de los cuales uno le gustaría parecerse.

Pero, ¿Quiénes son en realidad nuestros maestros? ¿De quien podríamos aprender para mejorar y llegar a ser más felices?

En este mundo todo lo que nos rodea es un reflejo de nosotros mismos. Si uno presta atención, puede darse cuenta como le funciona la vida. Se dará cuenta que muchos hechos se repiten, que hay una tendencia a conocer un tipo de personas, una tendencia a experimentar unos estados emocionales repetitivos. Parece como que vivimos en un bucle

Entonces si todo lo que nos rodea habla de nosotros, gracias a nuestro entorno, podemos saber quienes somos. Si damos un paso más, yo me preguntaba, si somos Hijos de Dios, somos completos, porque necesitamos del otro para conocernos. Pues bien la respuesta es que como no reconocemos nuestro poder, por lo tanto parece que se lo entregamos al otro. Solo en este caso, al ser creadores, le estamos dando el poder a algo externo a nosotros el cual diremos que nos estará afectando o influenciando.

Al dar realidad a lo que vemos, le entregamos nuestros poderes a algo externo. De esta manera dependemos de los demás según las cosas que hacen. En realidad nadie puede influenciarte si tu no lo permites y esto es fácil de observar. Fíjate como hay personas que en una misma situación hay personas que se alegran o personas que se entristecen.

¿De quién depende entonces como nos afectan las cosas?

Realmente nunca perdemos nuestro poder creativo. Lo que pasa que no lo reconocemos y se lo atribuimos a los demás.

Bien, al actuar de esta manera nos podemos pasar toda una vida intentando cambiar comportamientos que no nos gustan de gente y fracasar en el intento. ¿Os suena familiar esto?

Realmente es querer peinar la persona del espejo y no darse cuenta que el que esta despeinado es uno mismo.

¿Pero quien es al que le molesta ver a la persona despeinada?

Esta es la persona que tiene realmente el conflicto. Porque por ejemplo si vas por la calle y te encuentras a una persona que para ti va despeinada, alo mejor ella es la persona más feliz con su pelo. Esto se puede observar con los diferentes estilos de peinar. Habrá gente que le guste y gente que no.

En verdad una respuesta bastante sabia a este hecho es simplemente no mirar.

Yo estoy escribiendo esto, y estoy seguro que habrá gente que le gustará leerlo, como también habrá gente que lo leerá y no le gustará. Bien, no hace falta entonces que siga leyendo y cabreándose por prestar atención a algo que no le gusta. Cada uno es libre de hacer lo que quiera.

Hay que ser muy humilde para aceptar al otro e integrar el aprendizaje en uno mismo. Si alguien sabe como hacerlo, por favor que me lo diga.

Yo de pequeño siempre quería ser inventor, y la verdad que me he pasado toda una vida de búsqueda. Hace unos años me miraba el mundo y veía mucha, mucha gente que piensa y que son muy buenos en algo (historia, matemáticas, química, etc.) y yo veía muy difícil encontrar algo que mejorar y cambiar, pues bien, ahora aun me pregunto, como tras tantos siglos de pensar y actuar parece que aun no hemos entendido casi nada de cómo vivir en coherencia. Solo hace falta ver el mundo como esta.

Esto me ha demostrado que no hay que dar nada por supuesto.

Bien, quien es entonces tu gran maestro. Tu gran maestro, es tu familia, tu pareja, tus hijos. Las personas con más vínculo que tienes. Podemos pensar que es casualidad tener una familia como la que tienes, una pareja o tener unos hijos así. Pero de casualidad nada. Tú lo has hecho todo para atraer estas personas, bueno o mejor dicho tu espíritu. Al creer en la separación y la dualidad del mundo, veremos reflejado en estas personas nuestros mayores dones y nuestros mayores miedos (en forma de tristeza, rabia, ira, envidia…) No nos pensemos que el maestro siempre nos dirá cosas “buenas” que pensando así es solamente pensar dentro de la dualidad, ya que creemos que también hay cosas “malas”.

Una vez reconocido los maestros y sabiendo que realmente vemos nuestro estado interno en ellos. ¿Cómo actuar?

Aquí es el Kid de la cuestión. Porque es donde se chocan el mundo dual (todo lo que puedes percibir con tu cuerpo, nuestros sentidos), el mundo de la separación (Tal persona es la que me ha hecho daño no yo)  y lo que el Curso de milagros nos enseña, trascender al cuerpo ya que no es “real” y darse cuenta que todos somos uno (Yo me estoy haciendo daño a través de esa persona)

El curso de milagros te enseña a trascenderlo a través del perdón. Perdonando y perdonándote todos los miedos que te están mostrando y aceptando como tuyas todas las grandezas que te están mostrando.

Como habréis visto estoy hablando de algún concepto religioso, normalmente lo evito, pero un curso de milagros esta escrito en este lenguaje, habla de Dios, del espíritu santo, del hijo de Dios, de Jesús. Esto inquieta a mucha gente, y como a mucha otra gente que lee el libro de un curso de milagros no le gusta ver estos términos. Bien, con el tiempo uno se da cuenta que solo son palabras y uno se da cuenta que no tiene nada que ver con cualquier religión dualista que el ser humano haya inventado hasta ahora. Esta es la gran diferencia. Una encuesta en Estados Unidos mostraba que la gran mayoría de gente no cree en Dios, esto se puede observar también en Europa, pero ahora bien, más de un 80 % creen en el espíritu. Y aquí es donde el curso de milagros nos quiere llevar, a la “religión” no dualista, a la unicidad, fuera de la culpabilidad, del pecado, de los rituales.

Deshacer conceptos como el miedo a Dios, de un Dios cruel que nos ha abandonado o nos esta castigando, fuera de creencias como que comer carne es malo, el sexo es un acto pecaminoso, etc.

La libertad del ser humano

¿Dónde se encuentra la libertad?

Es una cuestión que se ha planteado mucha gente a lo largo de la historia. Han aparecido conceptos como el destino, el karma., herencia genética, mala suerte.

Tras el estudio de muchos psicólogos sobre el transgeneracional, se a descubierto que generación tras generación hay una repetición de hechos muy curiosos, como por ejemplo de enfermedades. Dentro de una misma familia hay veces donde tras generaciones se manifiestan las mismas enfermedades o patologías. Ha estos hechos normalmente se le atribuye al ADN, a la herencia de nuestra familia.

Mas curioso que las enfermedades, o por lo menos para mi es la repetición de accidentes (accidentes de avión, accidentes de coche, incluso repeticiones de accidentes tan raros como morir por la coz de un caballo y que le haya pasado dentro de una familia al abuelo y al nieto. Al leer el libro de Anne Schutzenberger, “Ay, Mis abuelos!” expone casos clínicos donde habla de esta repetición de accidentes, y me pone la piel de gallina al ver estas cosas.

Las personas que estudian el transgeneracional también se han dado cuenta que estos accidentes suelen ocurrir en el mismo periodo. Por ejemplo: Una persona muere a los 40 años por accidente de coche y al cabo de unos años muere el nieto también a los cuarenta años de accidente de coche.

A estos hechos se les suele relacionar con el destino o con el karma.

Muy bien, ahora sabiendo que esto ocurre. ¿Donde se encuentra nuestra libertad?

Partiendo de que nada es por casualidad y que estamos sujetos a la ley de que recibimos lo que damos. Vamos a valorar que podemos hacer nosotros mismos para cambiar nuestras vidas. El curso de Milagros nos habla que el ser humano solo puede proyectarse o crecer. Y seria el paralelismo de ser libre, que seria crecer y proyectarse seria seguir unos patrones externos al Ser.

Voy a intentar definir estos dos conceptos.

En principio estos dos estados no son compatibles, o bien nos estamos proyectando, o bien estamos creciendo. La proyección es el estado donde no estamos conectados con nuestro Ser, cuando por ejemplo estamos en contacto con la sombra, es decir, cuando nos molestamos por algo o con alguien.

Cuando estamos aferrados en hechos del pasado y preocupados por el futuro. Cuando estamos fatigados, con faltos de energía y vitalidad y nos sentimos con poca claridad mental. ¡Alguien se siente identificado?

Realmente la proyección es todo estado que se encuentra fuera de la paz interior. En esta situación no estamos conectados a nuestro Ser y vivimos en una proyección de nuestras creencias, vividas de una manera inconsciente. Todo este conjunto nos “ata” a vivir una serie de limitaciones (enfermedades, accidentes, adicciones, miedos, etc).

En cambio el crecer es diferente, el crecer nos conecta con nuestro Ser, un Ser ilimitado, el cual no se rige por las leyes que hay en este mundo. Cuando una persona se conecta con esta fuente innata todo su mundo le cambia. Son personas que a los ojos de otros llegan a hacer cosas increíbles. Personas que se curan de enfermedades “graves”, personas que superan situaciones límite, personas con poderes “psíquicos”, personas con otras sensibilidades. Bien estos son rasgos que se escapan del patrón común, y normalmente nos suelen llamar bastante la atención cuando ocurren. Hay que tener en cuenta que están ahí

¿Donde esta el limite de las cosas? ¿Es posible que el límite lo hayamos puesto nosotros mismos?

Se que esto que estoy diciendo parezca ser una locura, pero ¿Quién es el que esta en este mundo realmente loco? ¿Y cuerdo?

Einstein nos hablo de la relatividad, pues bien bienvenidos al mundo de la relatividad, todo lo que nuestros ojos pueden ver es relativo, relativo a las creencias de cada uno, al punto de vista, al tamaño con el que analizamos, y a los sentidos que estén implicados.

¿De que dependen nuestras limitaciones? dependen únicamente de nuestras creencias y nuestras creencias solo se encuentran en la mente. Por lo tanto es en la mente donde hay que actuar para realizar cambios en la vida. Por ejemplo, la bioneuroemoción actúa en la mente ante los hechos que le ocurren a las personas, ya sea enfermedades, problemas económicos, de pareja, etc. Es una filosofía basada en un curso de Milagros, donde te lleva directamente al Ser, a la verdad en uno mismo, al Espíritu. Actuando en ese nivel es cuando aparecen los cambios. Y el Espíritu no conoce de tiempo ni espacio, es decir no hay ni pasado ni futuro y no estamos separados los unos de los otros, todo esto es proyección.

Tranquilos si no entendéis lo que estoy diciendo, ni yo mismo a veces lo entiendo. 

En definitiva donde quiero llegar con todo esto, es que la libertad, igual como anteriormente en otro blog hable de la felicidad también es relativa. Uno no será mas libre por estar en un país muy permisivo o menos libre por estar encerrado en una cárcel, Uno no será mas libre por tener mas o menos dinero, tener coche o no, etc, etc. El nivel de libertad no viene dado por nada externo a nosotros, el factor que directamente interviene en el grado de libertad del individuo son las creencias.

Aprendizaje: Toda limitación se encuentra en nuestra mente en forma de creencia