diumenge, 25 de maig del 2014

Cada instante es una elección


¿Cómo lo quieres vivir?


Muchas son las veces que queremos cambiar algún aspecto en nuestras vidas y nos parece muy difícil realizar dicho cambio.
Y pocas son las veces que se llega a dar el primer paso. Muchas veces he escuchado y dicho, es que es muy difícil, y la cosa se queda en el intento. No se llega a la experiencia. Luego nos quejamos que siempre obtengamos los mismos resultados. Sabiduría popular: siembra vientos y recogerás tempestades. Ahora digo una cosa. Es cada uno el campesino de su vida y el que esta sembrando en cada instante. Normalmente sin darse cuenta de lo que siembra, pero una cosa es segura, la mano que siembra no nos la mueve nadie, solo nosotros mismos.

La foto que he puesto es del último cuadro que pinte hace unos días. Y quiero ponerlo de ejemplo para lo que voy a explicar hoy. Muy pocas han sido las veces que he pintado un cuadro, y para mi pintar no era lo mío. Siempre había pensado que lo hacia mal y que no sabia, por eso no lo hacia. En mi estancia en China conocí a una chica de Rusia que es artista y un día se me ocurrió la idea de pedirle pinturas para pintar un cuadro. Bien, este es el resultado de mi primer cuadro pintado al óleo. Con ello no quiero decir que os tenga que gustar el cuadro, pero para mi fue una sorpresa ver los resultados obtenidos. La paradoja aquí es la siguiente: “No se pintar, pero pinto”. No hace falta muchas veces saber hacer las cosas para hacerlas, además, nunca se sabrán hacer si no se intentan.

El ejemplo del cuadro me viene muy bien para explicar ciertos detalles en la toma de decisiones. ¿Cómo se empieza pintando un cuadro? Pues con una idea, una idea de lo que queremos pintar. Empezaremos con las primeras pinceladas, las primeras tomas de decisiones, posiblemente no nos acaben de gustar y tengamos que hacer otras de nuevas, pero no importa, a poco a poco las primeras pinceladas quedaran ocultas con las nuevas, las cuales cada vez serán más precisas y más cercanas al objetivo final. Claro, siempre que mantengamos la confianza en lo que estamos haciendo, porque también es probable que desistamos en el intento. Y es entonces cuando en nuestro recuerdo queda el pensamiento de que no sabemos hacerlo.

Supongamos que finalizamos el cuadro.
Al final de muchas pinceladas, decisiones, obtenemos el resultado. Ahora bien, ¿Estamos contentos con los resultados obtenidos? Solo nosotros lo sabemos, no importa las apariencias externas o lo que digamos a los demás al respecto, o lo que nos digan. Esta sensación interna es la que realmente importa en la situación. ¿Cómo se reconoce la verdadera satisfacción?
Bien, yo creo que primeramente sin exagerar en las emociones, hay una firmeza, una seguridad, y sobretodo cuando somos capaces de aceptar las opiniones de los demás, ya sean a favor o en contra de nuestro resultado. ¿Por qué es así? Porque tenemos la firmeza y la seguridad que nos gusta lo que hacemos, no depende de nada externo, lo cual abre las puertas a la debilidad.

Más seguridad, más satisfacción del resultado, menos seguridad y aparición de miedos el resultado nos será menos satisfactorio. Importante: Todo esto independientemente del resultado final anteriormente esperado. Ya os digo que será diferente, porque una cosa es imaginar una situación y otra es la experiencia de esta. No es lo mismo pensar que llevar una bici es fácil y lo sabes hacer, si nunca antes lo has probado.

Aquí es donde podemos aplicar la enseñanza de un Curso de Milagros y de la cuántica que Einstein nos quería mostrar: No hace falta saberse todas las opciones, únicamente en el instante adecuado, tomar la decisión adecuada.
El curso de Milagros lo llama escuchar la voz del Corazón, la voz del Espiritu Santo
Y esta es la energía que puede mover a uno a tener la certeza en cada situación que decisión tomar, por ejemplo, como dar cada pincelada y con que color.
Ahora bien, el miedo nubla esta voz y entonces es cuando escuchamos con altavoces ensordecedores la voz del ego, la que nos trae la culpabilidad y el sufrimiento en la situación.
Y justo aquí es donde se pueden vivir dos realidades, completamente diferentes y completamente reales para el que las vive. Por eso intentar convencer a alguien de algo es una perdida de tiempo y energía, porque si uno no quiere cambiar, tranquilos que no cambiara. Sus razones son igualmente creíbles dentro de su punto de vista.
Estas dos realidades es vivir en la certeza, en una mente cuántica, donde en cada situación tenemos la oportunidad de extraer su fruto, o vivir en el miedo, en la duda donde sus consecuencias solo pueden ser el sufrimiento y el sacrificio.
Como dice UCDM solo se puede vivir en uno de ellos.
Esta en nuestra elección!

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